Pobres manos vacías, secas, frías
Que añoran y recuerdan cuando estaban vivas
Han perdido tantas cosas que entre ellas tenían
Se han ido los rizos que tanto acariciaban
Ya no existe un cuerpo
para excitar al alba
Se han quedado solas estas manos mías
El viento las reseca, el polvo las
desquebraja.
Ya no hay quien las bese
Ya nadie las reclama, se han quedado marchitas
Ya no crean, ya no siembran nada
Viven desoladas
Añorando tocar su
cuerpo,
Extrañando sus caricias,
necesitando ser
amadas
Hay pobres manos mías,
Siempre tan vacías, secas y tan frías
Como si solo esperaran
usar su mortaja
Ya no acunan niños, ya no dan palmadas
Ya no curan cuerpos,
ya no enjugan lágrimas.
Pobres manos mías, que ya no abrazan.
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